Economía y Tecnología
Papel, Pluma y Tinta
Hasta mediados del Siglo XX, el papel, la pluma y la tinta eran las herramientas esenciales para la redacción de documentos legales, contratos, testamentos y otros escritos oficiales. Los notarios y sus oficiales debían atesorar unas altas habilidades de escritura a mano y un profundo conocimiento de las leyes y sus regulaciones vigentes.
La pluma, generalmente hecha de pluma de ave, como el ganso o el cisne, era el instrumento principal para escribir.
La calidad de la escritura era fundamental para la presentación de documentos. La tinta, por su parte, era elaborada a base de ingredientes naturales como carbón o nuez, lo que daba lugar a una tinta oscura y duradera. El proceso de escritura en las notarías era meticuloso y requería atención al detalle. La habilidad para escribir a mano con elegancia y claridad era considerada una virtud esencial en estos profesionales.
Escritura de compraventa de un olivar en la ciudad de Borja (Zaragoza-España) en el año 1878.
Apréciese la máxima pulcritud y orden en el estilo de escritura con pluma por parte del Oficial de la Notaría.

Máquinas de Escribir
La máquina de escribir Modell 4, desarrollada por el inventor alemán Friedrich von Hefner-Alteneck en 1903, es un claro ejemplo de innovación en la historia de las máquinas de escribir. Este modelo fue concebido en un momento en que la mecanografía comenzaba a ganar popularidad y se necesitaban herramientas más eficientes para facilitar la escritura. Tenía una serie de características que la hacían destacar frente a sus competidoras.
Una de las principales innovaciones fue su mecanismo «letra por letra» con un rodillo cilíndrico, que permitía a los usuarios escribir cada carácter de forma individual, lo que contribuía a una mayor precisión y control. Este sistema era especialmente útil para evitar errores comunes que se producían en otros modelos de máquinas. La producción de la Modell 4 fue llevada a cabo por AEG (Allgemeine Elektricitäts-Gesellschaft), una importante empresa alemana de
Berlín, conocida por su enfoque en la ingeniería y la tecnología.
La colaboración entre Hefner-Alteneck y AEG resultó en una máquina robusta y bien construida que se mantuvo en producción desde 1903 hasta 1934.


Ordenadores Antiguos
Ordenador portátil Toshiba Satellite PRO de 1995. Destacó en su época por ofrecer un buen equilibrio entre rendimiento y portabilidad. Estos dispositivos eran populares entre los estudiantes y profesionales debido a su diseño relativamente “ligero” y sus características adecuadas para tareas empresariales y educativas.
Procesador Pentium a 75 MHz, pantalla de 12 pulgadas, memoria hasta 32 MB y disco duro de 1.2 GB, lo que era bastante avanzado para esos tiempos. Este modelo fue un claro ejemplo de cómo la tecnología portátil comenzó a evolucionar en los años 90, facilitando la vida de muchas personas al permitirles llevar su trabajo a cualquier lugar.
Y solo han pasado 30 años… ¡lo que hemos avanzado desde entonces en tecnología!


Calculadoras
Calculadora mecánica Brunsviga, predecesora de las calculadoras eléctricas y digitales, es una pieza histórica excepcional que combina a la perfección estilo, ingeniería y nostalgia. Introducida por primera vez a finales del siglo XIX (1892) por la empresa alemana Grimme, Natalis & Co., esta calculadora se convirtió rápidamente en una herramienta esencial en oficinas, escuelas y empresas hasta mediados del Siglo XX (1965), transformando la forma de realizar los cálculos matemáticos y contribuyendo al avance de la tecnología y la ingeniería.
El nombre Brunsviga proviene del latín y se debe al lugar donde se fabricaba, la ciudad alemana de Braunschweig.
